martes, 14 de enero de 2014

1: The beginning of the madness

La vida pasa, el tiempo vuela. Mi soledad no cesaba, al contrario aumentaba y mi corazón estaba hecho trizas.

Bien, era una persona que creía ciegamente en el amor pero, por aquella sencilla razón, la mayoría de las personas me lastimaban.

Mi nombre es Florence Care, tengo 16 años y soy de Moscú, Rusia.

Diría que soy bonita pero mi autoestima estaba por lo suelos. Tan sólo era una chica blanca, de cabello castaño y tengo ojos verdes ¡Puaj! Que novedad.

Mi vida no había sido nada fácil y por aquella razón estaba decidida a buscar una salida fácil. Quizá la muerte sería la mejor solución. Si, así lo creía yo.

Una tarde lluviosa de Noviembre, mi soledad controló mi mente haciéndome sentir mal con todo y con todos, creando una imagen falsa sobre mi persona e invitándome a Dejar de sufrir más en este mundo.

Con desesperación, logré abrir el bote que contenía píldoras para dormir. Mi sueño si que iba a ser bueno, seria eterno. El bendito descanso eterno.

Puse en mi mano una gran cantidad de píldoras. Estaba dispuesta a tomarlas de una vez por todas.


X: ¡Florece! - gritaba alguien desde la planta baja de mi casa.


No respondí al llamado, no quería interrupciones en mi muerte.


Llevé las píldoras hacia mi boca y comencé a pasarlas lenta y dolorosamente por mi garganta. Ya estaba, ya no habría más Florece para el mundo. Quizá eso sea bueno.


Mi cabeza comenzó a dar vueltas sin control, mis piernas temblaban haciendo que cayera al piso, mi corazón comenzó a acelerarse, mi cuerpo entero comenzó a sacudirse en el piso y como movimiento final del show de mi muerte mi conciencia se esfumó, haciendo que ya no supiera de nada ni nadie.


X:¡FLORENCE MALDITA SEA! ¿Qué has hecho?


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A veces, lo único que necesitaba era dormir. Otras más, sólo necesitaba un cigarrillo. O quizá, dejar que el alcohol hiciera lo suyo.

Bien, mi vida se basaba en eso; Sólo alcohol, cigarrillos y dormir. No necesitaba más.

Esta bien, creo que debo presentarme, mi nombre es Clarisse Blanker, tengo 17 años y soy de California, U.S.A.

Tengo un carácter bastante hermoso a mi gusto. Soy desobediente, rompo las reglas, mal educada, traviesa, egocéntrica, etc. Miles de defectos tenía pero, aun así, tenía mis grandes virtudes. Por ejemplo, era toda una artista, me fascinaba pintar y dibujar cualquier cosa que se me ocurriera, además, tenía una mente tan brillante que podía escribir miles de historias con tan solo ver una pluma y un pedazo de papel. Les dije que era egocéntrica.

Físicamente era amm... sexy. Si, sexy. Imaginen; cabello largo y oscuro, piel bastante blanca, labios carnosos, cuerpo perfecto... Esta bien, no era taaaan perfecta, tenía un defecto pero, ese defecto, atraía a todos. Mi defecto eran mis malditos ojos de color extraño. Tampoco era ninguna Liz Taylor pero si que tenía un color bastante extraño.

Clary: Maldita sea, yo no hice nada. -decía firmemente.


Directora: Disculpe señorita Blanker pero todo indica que usted fue la culpable de arrojar por las escaleras a la señorita Denzeer. Lo siento pero tendrá que ser transferida o en su defecto expulsada del colegio.


Bien, me habían acusado de tirar por las escaleras a la zorra de la escuela. La verdad si que era culpable, pero si me sacaban del colegio mis padres me matarían.


Clary: Por favor señorita, no puede expulsarme. - puse mi mejor cara de arrepentimiento 


Directora: Clarisse - dijo mirándome - No puedo dejar pasar esto. - baje la mirada - pero puedo transferirte a una escuela de artes. - mi expresión cambió de repente. Una sonrisa se apoderó de mi.


Clary: ¿De verdad? - dije sorprendida.


Directora: Si, de verdad. Ahora ve a clase y pon cara de tristeza. - Ambas sonreímos. 


Me levanté del asiento y me dirigí hacia la puerta para salir de ahí.


Directora: Clarisse... - dijo de repente - sólo quiero decirle que el instituto de artes está en Liverpool. Hable con sus padres y comente esto con ellos.


Genial, todo iba genial. Mis padres apoyaban mi carrera así que viajar a Liverpool no era ningún impedimento para mi. ¿O sí?


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X: Muy bien, así te ves hermosa. - decía mientras miraba el lindo perfil de la chica. - Una más. -disparó el cegante flash sobre su fina piel. - Perfecto. Simplemente perfecto. Hemos terminado por hoy.


Se preguntarán ¿Quién es la "hermosa" chica de la que habla aquel, aparentemente, fotógrafo? Bien, yo les responderé.


Aquella chica de cabello negro y cara de no romper un plato soy yo. Permitan que me presente adecuadamente.


Mi nombre es Natalie Shother, soy de Los Angeles, tengo 15 inmaduros años y trabajo como modelo en una tienda de ropa para adolescentes.


Sinceramente, mi trabajo sólo era por diversión y por mi madre que insistía en que era "perfecta para el mundo del modelaje".


A pesar de mi edad, era una chica con un carácter bastante fuerte. Era fría, tímida, jamás demostraba mis sentimientos... en fin, toda una defectuosa.


X: Con esto hemos terminado la sesión de hoy querida Natty. Mañana te entrego tu cheque de pago ¿Correcto?


Natty: Claro que sí señor. Buenas noches.


X: Buenas noches Natty. - se despidió.


A paso un poco apresurado me dirigí hasta la puerta.


X: Natalie! - gritó de pronto. - ven, acércate.


Caminé de nuevo hacia su escritorio y me dejé caer en una de las sillas.


X: Natty, necesito hacerte una propuesta y que me tengas una respuesta mañana mismo.


Natty: Claro, dígame.


X: Bien, tenemos una nueva propuesta para abrir una tienda en Liverpool. Este proyecto es muy bueno pues allá todo esto es nuevo. - asentí - Bueno, directo al grano. Necesito que tu seas mi modelo principal para este nuevo proyecto.


Natty: amm ¿Sólo son fotos?


X: Si, así es. Pero lo divertido es que... quiero que viajes conmigo y la compañía hacia Liverpool. Quiero que todos te conozcan y te vean en las pasarelas. ¿Qué dices?


Mi boca no se caía de la impresión sólo porque está pegada a mi. Quería dejar esto del modelado pero ir a otro país y aprender nuevas cosas me parecía algo increíble.


Natty: Debo pensarlo señor. Mañana mismo le traigo una respuesta.


X: Claro linda, no te presiones. Piénsalo bien.


Natty: Gracias - sonreí - Hasta mañana.


X: Hasta mañana.


Y así me alejé de aquella tienda caminado hacia mi casa.


¿Estaría bien ir a aquel lugar y probar mi suerte? Quizá. Pero debía de pensarlo muy bien.


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Aquella anciana que estaba parada frente a todas en aquel salón parloteaba sin parar sobre mi libro favorito "Cien años de soledad".


Mi nombre es Mercedes Symonds, tengo 18 años y soy de Venecia, España.


Cabello castaño, ojos verdes, 1.60 de estatura, delgada, de lentes. Osea muy fea para mi gusto.


Maestra: Quiero que lean este libro y me hagan una reseña completa de este para la próxima semana. ¿De acuerdo?


- Si señorita - dijimos todas al unísono. Tocaron la campana que indicaba la hora de salida. Tomé mis cosas y caminé hacia la entrada.


Maestra: Srita. Symonds ¿Podría venir un momento? - dijo mientras me veía.


Merce: ¿Qué pasa Srita? - dije tomando un lugar frente a ella.


Maestra: Mercedes Symonds quiero proponerle algo bastante interesante.


Merce: Claro, dígame.


Maestra: Quiero que usted sea la próxima alumna en hacer un intercambio y vaya a demostrar que en España las mujeres somos bastante inteligentes.


Marce: Maestras pero usted sabe que yo no puedo irme. Mi familia es todo lo mio y soy bastante sensible. No aguantaría sin ellos.


Maestra: Por favor Mercedes, Piénsalo.


Marce: Lo haré. Lo prometo.


Y así salí casi corriendo de aquel salón. La verdad es que no quería ir a ese intercambio pero había algo que me haría cambiar de opinión.



1 comentario:

  1. Aaaaaaaaaaaaaaaaaay me gusta me gusta me gusta! Qué muchachitas tan interesantes por dios! (y pensar que a su edad yo veía Bob Sponja 7_7) Hasta ahorita mi favorita es Clarisse, que por su actitud me recuerda a la hermosa e inmortal Edie Sedgwick. Me encanta :D

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